El magnesio es extremadamente importante para la salud del corazón[2] y de los vasos sanguíneos. La carencia de magnesio parece empeorar la inflamación, la constricción de los vasos sanguíneos, la coagulación de la sangre y las respuestas al estrés que desencadenan las afecciones cardíacas. Corregir la carencia parece mejorar la salud del corazón y reducir el riesgo de muerte, aunque no está claro si la suplementación por sí sola es suficiente para tratar estas afecciones.

Un suplemento de magnesio redujo significativamente el estrés[3] en personas con déficit de magnesio. Además, combinado[4] con vitamina B6 fue un 40% más útil que solo para el estrés grave. Los resultados apoyan la necesidad de suplementar con magnesio a las personas que viven en condiciones de estrés crónico[5].

Un suplemento de magnesio mejoró significativamente[6] el estado de ánimo[7] al cabo de 2 semanas. Otro ensayo descubrió que los suplementos de magnesio mejoraban[8] el estado de ánimo de los ancianos con diabetes de tipo 2.

El magnesio es importante para que las hormonas que regulan el azúcar en sangre[9] funcionen bien. Por tanto, muchas personas con problemas de azúcar en sangre,[10] síndrome metabólico y diabetes tienen un déficit de magnesio. Incluso cuando la diabetes[11] está bien controlada, sigue siendo necesario un suplemento para alcanzar niveles saludables. En un ensayo clínico en el que participaron 65 pacientes con diabetes, la administración de suplementos de magnesio favorece el funcionamiento saludable[12] y el metabolismo.

Un análisis sistemático y de dosis-respuesta a gran escala descubrió que la suplementación con magnesio se correlacionaba con una reducción del peso corporal[13] y del perímetro de la cintura entre grupos específicos de personas. Las personas con resistencia, hipertensión, obesidad, deficiencia de magnesio y las mujeres parecen pesar menos y tener un perímetro de cintura menor si toman suplementos de magnesio.

En mujeres embarazadas con diabetes gestacional[14], la administración de suplementos de magnesio mejoró el control de la glucemia y los resultados del embarazo.

Los suplementos de magnesio mejoran la velocidad y la fuerza,[15] posiblemente al hacer más eficiente el metabolismo de la glucosa. También favorece la respuesta necesaria al estrés del ejercicio, reduce el daño muscular[16] y mejora la recuperación del ejercicio (400 mg/día, tomados en el desayuno).

En un pequeño ensayo clínico en el que participaron 46 sujetos de edad avanzada con insomnio,[17] 500 mg de suplemento diario de magnesio redujeron las puntuaciones de insomnio, la latencia del sueño y el cortisol. Los sujetos también tenían más melatonina sérica, dormían más profundamente y eran menos propensos a despertarse en mitad de la noche.

El magnesio es un componente clave de los huesos[18] La carencia de magnesio puede contribuir a la osteoporosis al

impidiendo la formación de huesos sanos, creando huesos frágiles

provocando una inflamación de bajo grado

aumentando el cortisol, que puede contribuir a la pérdida ósea

reduciendo la hormona paratiroidea

En un ensayo clínico[19] en el que participaron 73.684 mujeres posmenopáusicas, la baja ingesta de magnesio se asoció a una menor densidad ósea en la cadera y en todo el cuerpo. La ingesta de magnesio ligeramente superior a la Cantidad Dietética Recomendada se asoció con menores fracturas de brazos y muñecas por caídas.

Un metaanálisis de 34 ensayos de control aleatorio descubrió que el magnesio reducía la presión arterial[20], aunque el tamaño del efecto es clínicamente pequeño (<2 mmHg). Por lo tanto, puede ser bueno para apoyar la salud general y una presión arterial saludable, pero puede que también necesites otras intervenciones para conseguir unos niveles de presión arterial saludables.

La carencia de magnesio[21] aumenta la inflamación[22] En un metaanálisis[23] en el que participaron 32.198 personas, las que tenían más magnesio tenían menos proteína C reactiva en suero (un marcador de inflamación).

En general, las deficiencias de magnesio tienden a exacerbar o aumentar el riesgo de afecciones que implican una inflamación crónica[24].

Tanto la vitamina D como el magnesio desempeñan importantes funciones en la salud ósea, la función inmunitaria y el metabolismo. El magnesio es un cofactor en la conversión y activación de la vitamina D.[25] Algunas personas no pueden aumentar sus niveles de 25-hidroxivitamina D en la sangre a pesar de tomar suplementos de vitamina D3 porque son deficientes. En otras palabras, la carencia de magnesio puede hacer que la vitamina D sea ineficaz.

Además, en las personas deficientes, las dosis elevadas de vitamina D3 podrían empeorar la deficiencia de magnesio y aumentar el potencial de efectos secundarios de la vitamina D3, como tener depósitos de calcio en las arterias.